Habíamos recuperado la receta de la pasta de sal que teníamos del curso pasado y nos pusimos manos a... la masa.
Elegimos el molde con forma de corazón y después de manipular libremente la masa hicimos unos corazones.
Los dejamos secar durante varios días y luego los pintamos con témperas y purpurinas.
Finalmente fuimos a sorprender a los pequeños y pequeñas del cole con estos corazones y, además, les presentamos a Pepita y les prestamos "nuestro cuento mágico", para que ellos también se conviertan por un momento en magos y magas.
Ésta es la cara que se les quedó.
Hemos comprobado que después de un mes de cole ya están hechos unos campeones y campeonas.
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